Pues ya que es una cosa que me habéis demandado mucho, a partir de la última Newsletter sobre el YO-CONCEPTUALIZADO (Clic aquí para leerlo). Os traigo una pequeña introducción para comprender mejor que es esto del Yo Contexto y, cómo poder aplicarlo en la consulta.
Os dejo aquí un botón para poder acceder al grupo de WhatsApp por si aún no estás y otro para no perderte ninguna Newsletter.
Y
:)
Breve, muy breve repaso a cosas de ACT y SELF
Me reitero en que sea muy breve, porque no quiero volver a dar vueltas en la misma noria, por muy atractivas que puedan ser las vistas.
Así que, para ahorrarte tiempo,, estos son unos breves puntos que debes conocer antes de poder avanzar:
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT por sus siglas en inglés) busca fomentar la flexibilidad psicológica, que es la otra cara de lo que se conoce como rigidez psicológica. No cabe decir que todo entra dentro de un modelo transdiagnóstico y bastante despatologizador.
Para alcanzar
el camino de la iluminaciónla flexibilidad psicológica (permitan el humor entre líneas) los autores de la ACT proponen un modelo conocido como el Hexaflex (juego de palabras entre sus 6 componentes (hexa) y la flexibilidad (flex)), que consiste en fomentar 6 repertorios distintos.Entre esos repertorios el SELF ocupa un lugar muy importante. Dividido en tres ramas: YO-COMO-CONTENIDO, YO-COMO-PROCESO Y YO-COMO—CONTEXTO. En la anterior Newsletter nos ocupamos de la conceptualización del yo englobando el YO-CONTENIDO y alguna forma de abordarlo.
Es necesario que su consultante pueda tener ciertas habilidades mínimas de defusión, aceptación y estar en el momento presente (que también se podría traducir a YO-COMO-PROCESO), si no querer trabajar este componente puede ser tedioso e inútil.
La ACT y la RFT (Teoría de los Marcos Relacionales) entienden la conciencia al igual que lo hacía Skinner. Es decir, en términos de conducta. Y, aunque el contexto socio-verbal quiera reforzar la conciencia o el YO como algo estable e impermanente, es algo puramente ficticio.
YO-COMO-CONTEXTO
*Breve advertencia antes de seguir. Es posible que en la literatura también encuentres sinónimos del YO-COMO-CONTEXTO: yo como toma de perspectiva o yo observador (entre otras).
Según Steven Hayes (discusión en la lista de correo electrónico de la Asociación para la Ciencia Conductual Contextual, 2011), el yo como contexto implica "la unión y extensión social flexible de un conjunto de relaciones deícticas (especialmente Yo/Aquí/Ahora) que permiten la observación y descripción desde una perspectiva de punto de vista" que facilita como resultados "muchas experiencias diferentes, incluyendo la teoría de la mente, la empatía, la compasión, la aceptación, la defusión y un sentido trascendente del yo".
Bueno, y vamos primero a ver que es esto del YO-COMO-CONTEXTO. En términos generales, se refiere a la capacidad de adoptar una perspectiva desde la cual observar y relacionarse con uno mismo y con las experiencias personales.
Y, ¿Para qué lo hacemos? Pues, implica fomentar la habilidad de separar la experiencia de uno mismo de la identificación con pensamientos, emociones y sensaciones. En su sentido más amplio, implica un marco relacional que permite comprender y relacionarse con las experiencias personales desde una perspectiva más amplia y compasiva. Esto puede ser especialmente útil para enfrentar el dolor emocional y fomentar la aceptación, la compasión y la flexibilidad psicológica.
Es importante comprender cosas como la toma de perspectiva o, la enmarcación jerárquica que juegan un rol principal. Esta enmarcación implica relacionar elementos (partes o miembros) con una unidad de esos elementos (el todo o una clase). En el caso del yo, los elementos son todas las cosas que uno hace (pensar, sentir, etc.), mientras que la perspectiva de uno proporciona el contexto consistente para su unidad en el yo. En este sentido, involucrarse con el autoidentificarse como contexto implica enmarcar jerárquicamente las actividades de uno como contenidas dentro del contexto general de Yo. Enmarcar mi comportamiento de esta manera puede transformar las funciones del comportamiento como del yo. Hacerlo me permite tener una sensación de mi comportamiento como simultáneamente vinculado a mí y separable de mí.
Una manera práctica de ver esto último es la metáfora de la casa. En la que se juega con el concepto de imaginar una casa, dentro de ella hay muebles, paredes, pinturas y demás. La casa puede cambiar de color, de muebles, tener una reforma. Pero, ¿seguirá siendo la casa?, ¿Aunque cambie a un par de muebles que no me gustan? Y, ¿Si todas las paredes cambian la casa seguirá siendo la casa?
El YO FLEXIBLE
Antes de comentar alguna forma de proceder con los consultantes para fomentar el YO-COMO-CONTEXTO me gustaría hablar del planteamiento del YO FLEXIBLE. Villatte, Villatte y Hayes (2020) hablan que el objetivo es encontrar una forma más flexible de auto-coherencia que pueda empoderar a las personas para que sean más abiertas a la experiencia. sean más honestas consigo mismas y formen una base que les permita actuar más enérgicamente en beneficio propio.
La RFT propone que esto se puede conseguir por medio de 3 formas de enmarcación relacional:
Observar, describir y rastrear experiencias evitando enmarcación de coordinación entre el yo y esas experiencias (como ya vimos aquí ).
Observar la actividad de toma de perspectiva empleando enmarcación deíctica.
Conceptualizar al yo como un contexto de todas las experiencias psicológicas con enmarcación jerárquica.
Creo que es un enfoque muy chulo de trabajar y se ve muy bien el proceso a seguir para esa flexibilidad en el yo.
Ejercicio práctico
El YO-COMO-CONTEXTO al igual que otros procesos de flexibilidad, es un medio para lograr otros resultados o comportamientos de interés.
Al sentirse tan rígido el YO las metáforas pueden ser una gran puerta de entrada para empezar a trabajar. Los ejercicios experienciales (como siempre) son buenos aliados, permítanme tomar un ejemplo de Luoma et al (2010) con el ejercicio del observador. Y, permítanme aún más la indiscreción de pedirles que lo practiquen ustedes mismos antes de emplearlo en consulta:
Me gustaría que tomaras un momento y recordaras que hiciste esta mañana algo como; trabajar o desayunar. Echa un vistazo a ese recuerdo, fíjate en lo que estabas haciendo y quién estaba allí. Mira si puedes recordar las imágenes y los sonidos de ese recuerdo…
Ahora al notar este recuerdo, al observarlo, nota también quien lo está notando…
Ahora libérate de ese recuerdo y viaja en el tiempo para encontrar otro, quizá de hace un mes o un año. Una vez lo hayas encontrado, nota también este, las imágenes y sonidos.
Y de nuevo, cuando noten este recuerdo, noten quién lo está notando. Observe que hay un “tú” allí que está observando que tienes un recuerdo.
Por último, dejo una de las metáforas que con un poco de imaginación y sentido tienen mucho juego. La metáfora del ajedrez.
Imagina un escenario donde un tablero de ajedrez cobra vida con fichas blancas y negras compitiendo. Las blancas podrían representar los pensamientos "positivos" que te reconfortan, mientras que las negras serían los pensamientos y emociones que has intentado rechazar. En este contexto, ¿quién serías tú? La respuesta habitual es identificarse con las fichas blancas, pero ¿y si consideramos otra opción? ¿Quién serías si no fueras las fichas blancas? Quizás serías el tablero mismo, conteniendo tanto lo que te agrada como lo que no. Es evidente que posees tanto aspectos "blancos" como "negros". Hasta ahora, has tratado de hacer que las blancas triunfen, pero este enfoque ha sido poco fructífero y quizás más perjudicial que beneficioso. Una alternativa sería mover el tablero hacia donde consideres apropiado, sin importar si ganan las blancas o las negras. Si bien puede ser más desafiante mover el tablero cuando las negras están ganando, no es imposible.
Esta metáfora busca cambiar la perspectiva desde la cual experimentas tus emociones o pensamientos "negativos", aquellos aspectos de tu experiencia que te incomodan.
POSIBLE DIÁLOGO DESPUÉS DE LA METÁFORA DEL AJEDREZ
Terapeuta: Ahora, en este ejemplo, ¿quién crees que eres tú?
Cliente: Las fichas.
Terapeuta: Pero estás en conflicto con fichas que también forman parte de ti. Entonces, ¿estás luchando contigo mismo?
Cliente: Es lo que he hecho siempre, luchar; soy el jugador.
Terapeuta: Imagina que no eres una ficha en particular ni tampoco el jugador; ¿entonces, quién serías?
Cliente: No lo sé.
Terapeuta: ¿Podrían existir las fichas sin el tablero, las que te gustan y las que no?
Cliente: No, claro... entonces, sería el tablero.
Terapeuta: Exacto. ¿Dónde estarían las piezas, tus pensamientos, sin ti para ser consciente de su existencia? Las piezas no pueden existir sin ti. No te controlan, eres tú quien las contiene. Desde la perspectiva del tablero, la batalla entre las piezas realmente no importa; su disposición es irrelevante. El tablero permanece igual. Además, siendo el tablero, puedes observar todas las piezas, estar íntimamente conectado con ellas y ver cómo se mueven. Y además, puedes moverte en las direcciones que consideres valiosas mientras observas las piezas y sus movimientos.
Lecturas en las que me apoyé:
Dixon, Hayes, Belisle. (2023). Acceptance and commitment therapy for behavior analysts
McHugh, L., Stewart, I., & Almada, P. (2019). A Contextual Behavioral Guide to the Self. New Harbinger Publications, Inc.
M. Villatte, J. Villatte y S. Hayes. (2020). Mastering the Clinical Conversation
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